Nuestros Orígenes

A finales de la década de los años setenta Alcorcón se perfila como uno de los núcleos urbanos con más proyección económica dentro de la Comunidad de Madrid. Su proximidad a la capital, apenas 14 km le separan de la Puerta del Sol, su competitividad en el precio de la vivienda junto con las oportunidades ligadas al desarrollo del sector servicios y de la pequeña y mediana industria, hacen de este núcleo un lugar de preferencia escogido por muchas parejas jóvenes para crear un hogar.

Amelia y Maximiliano, forman parte de ese aluvión demográfico. Al matrimonio le une el compromiso por el trabajo bien hecho, el sentido del sacrificio, así como el sueño común de establecer un día su propio negocio.

Corría el año 1976 y Amelia consigue hacerse con una concesión del recién inaugurado gobierno para establecer una Expendeduría de tabacos y timbres. Llama la atención que en una época donde las mujeres requerían del consentimiento de su cónyuge para abrir una cuenta bancaria, en una realidad donde eran muy pocas las emprendedoras, fuera ella y no su marido quien liderara esta aventura empresarial. Amelia había heredado de su madre, quien en tiempos de la Segunda República había establecido una empresa de distribución, una gran capacidad de trabajo y el gusto por los desafíos.

El 21 de septiembre de 1977 abre por primera vez sus puertas la Expendeduría Número 8 de Alcorcón.

¡Cómo hemos cambiado!

El del tabaco, como muy pocos otros sectores, constituye un reflejo manifiesto de la realidad social de cada momento.

Los años ochenta fueron años de bonanza económica y efervescencia cultural. Con mucho esfuerzo, el joven matrimonio consigue sacar adelante su negocio. Eran tiempos permisivos en materia de regulación. Las aulas, los cines, la televisión, los consejos de presidencia de las nuevas multinacionales eran espacios abiertos al humo del tabaco. Fueron los años del Mundial, del ingreso en la OTAN y de la entrada en la Comunidad Económica Europea (CEE).

En los años noventa, nuestro establecimiento asiste a su primera revolución tecnológica, comienzan a informatizarse los procesos y el trabajo se optimiza. Por su parte, Alcorcón se hace más cosmopolita, la ciudad crece y nosotros renovamos imagen por primera vez.

Al comenzar el nuevo siglo, nos encontramos con un nuevo talante hacia nuestro sector. Son años de incertidumbre, con nuevas regulaciones más restrictivas. Con la entrada del euro, se dispara el IPC, en lo que respecta a nuestro sector, y también como consecuencia de las presiones internacionales a favor de una mayor fiscalización, el precio de la cajetilla va a verse incrementado en una media de tres veces el valor del IPC. Esta tendencia empieza a traducirse en una bajada del consumo del tabaco tradicional así como en la entrada de nuevos productos sustitutivos.

Poco después, la crisis termina de reconfigurar las preferencias de consumo del sector. Crecen las ventas del tabaco de picadura y asistimos a la irrupción de los llamados dispositivos electrónicos. Son años también en los que se incrementa el contrabando y las falsificaciones de tabaco.

En los últimos años, nuestro establecimiento ha tenido que adaptarse a la actual fase de la revolución tecnológica, entrando de lleno en la denominada sociedad digital. La articulación de nuestra vida diaria en torno a los nuevos media y dispositivos, va a conducir hacia una necesaria adaptación cuando no reinvención de los pequeños negocios de proximidad. Ha llegado el tiempo para la nueva generación….

Es por ello que desde el Estanco de Alcorcón hemos decidido apostar por la creación de nuestra marca digital y valernos de las nuevas tecnologías para ofrecer a nuestros clientes un servicio más personalizado y experiencial. ¡Bienvenido a tu casa!

Ruth Arcos Martín

Gerente